Una niña china es sospechosa de haber sido apuñalada en la pierna cientos de veces con un punzón de costura por un compañero de clase.

La opinión pública china está conmocionada por el caso de una alumna de primaria de un internado en la provincia china de Shandong, sospechosa de ser víctima de acoso escolar. Sin embargo, las investigaciones iniciales no hallaron pruebas suficientes para concluir el caso.

Los padres de la niña dijeron que un chico nuevo acababa de ser transferido a su clase y le asignaron sentarse junto a su hija. El chico llevaba una aguja de coser a clase todos los días para apuñalar en la pierna a la chica sentada a su lado.

Se estima que, durante tres meses, la niña sufrió más de 200 puñaladas en las piernas. Las puñaladas le dejaron marcas en las piernas. Además, el estudiante también usó tijeras para apuñalar a sus compañeros, incluso los abofeteó, los obligó a comer papel, morder las puntas de los lápices, etc.

La niña se fue aislando poco a poco en el aula, pues sus compañeros le temían y querían evitarla. El estudiante también la amenazó y le exigió que le diera todo su dinero de bolsillo.

Al principio, intentó ocultárselo a su familia porque sus padres siempre estaban ocupados y a menudo faltaban a casa. Fue a ver a su maestra para contarle el problema, pero esta no pudo resolverlo por completo.

Finalmente, sin poder soportarlo más, la niña les contó a sus padres todo lo que estaba viviendo en el internado. Sus padres acudieron al colegio para exigir que se gestionara el incidente con rigor y se castigara severamente al estudiante que provocó la violencia escolar.

Los padres de la niña presentaron evidencia de las marcas dejadas en las piernas de su hija, así como en su uniforme escolar, donde la superficie de la tela presentaba numerosas marcas de punzón de costura.

Sin embargo, después de que la investigación no logró encontrar pruebas convincentes, la escuela decidió realizar una votación con un total de 14 papeletas emitidas, para decidir si este incidente podía considerarse violencia escolar o no.

Entre quienes votaron se encontraban la junta escolar, algunos profesores, abogados, la policía local... De las 14 papeletas distribuidas, 8 de los votos devueltos indicaron que no se trataba de un caso de violencia escolar. Los padres de la niña no aceptaron los resultados de esta investigación y continuaron llevando el caso a instancias superiores.

Sin embargo, las autoridades educativas de la provincia de Shandong también admitieron que este era un caso difícil de resolver, porque las acciones del estudiante (si las hubo) no dejaron evidencia clara en el momento de la investigación, lo que provocó que las partes involucradas tuvieran dificultades para llegar a una conclusión.

Por el momento, la escuela ha decidido transferir al estudiante a otra clase mientras se lleva a cabo una nueva investigación. Esta investigación será realizada directamente por el departamento de educación de la provincia de Shandong.

El incidente está atrayendo mucha atención del público chino. Muchos padres se muestran preocupados por el problema actual de la violencia escolar. Las tácticas de acoso escolar son cada vez más sofisticadas e impredecibles, lo que causa graves traumas psicológicos a los estudiantes acosados.

Debido a que las tácticas de intimidación pueden no dejar marcas físicas obvias, los padres de la víctima pueden no reconocer rápidamente los graves problemas que enfrenta su hijo.

El abogado Vuong Quynh Hoa del bufete de abogados Tri Hang (Guangdong) dijo que, según las regulaciones de las autoridades chinas sobre la protección de menores en los espacios escolares, el acoso escolar incluye actos de causar intencionalmente lesiones físicas y causar daños materiales.

Dependiendo de la gravedad del comportamiento, los estudiantes que cometen violencia escolar pueden ser vistos como criminales, pero como aún no son adultos, serán tratados de manera especial.

Los estudiantes que hayan cometido actos de violencia escolar, aunque no estén sujetos a un castigo legal, serán obligados a trasladarse a reformatorios para estudiar y vivir.