La ciudad de Quy Nhon por la noche es como una hermosa pintura de feng shui, las montañas y el océano se mezclan para crear una escena majestuosa y poética que atrae a cualquiera que haya estado allí. La superficie del mar es como un gigantesco cristal de color jade, que se extiende infinitamente hasta el horizonte. La arena dorada, brillante como diamantes, es abrazada por las olas, creando una música melodiosa que invita a los visitantes. Si durante el día, la ciudad costera de Quy Nhon se asemeja a la belleza pura y gentil de una bella joven recostada en la orilla de una bahía azul, entonces, por la noche, esa "jovencita" se viste con el atuendo más espléndido y brillante para ir al festival.