Se espera que la orden se dirija a inversiones de capital privado, capital de riesgo y capital de riesgo de Estados Unidos en China en las áreas de fabricación de semiconductores, supercomputación e inteligencia artificial. (Fuente: ABC News) |
El objetivo de la orden es impedir que el capital y la tecnología estadounidenses aceleren el desarrollo de tecnologías que podrían ayudar a la modernización militar de China y amenazar la seguridad nacional de Estados Unidos, dijeron las fuentes.
Se espera que la orden se dirija a inversiones de capital privado, capital de riesgo y capital de riesgo de Estados Unidos en China en las áreas de fabricación de semiconductores, supercomputación e inteligencia artificial. La mayoría de las inversiones sancionadas deben ser notificadas al gobierno de Estados Unidos, mientras que algunas están completamente prohibidas.
“Esta orden llena un vacío en los mecanismos existentes”, dijo Cordell Hull, ex funcionario del Departamento de Comercio de Estados Unidos. “Estados Unidos ya tiene prohibiciones a la exportación de tecnología o a la inversión extranjera en industrias tecnológicas nacionales sensibles.
Esta orden ayudará a cerrar la brecha de financiación y conocimiento, y ayudará al gobierno federal a monitorear los flujos de capital hacia el sector tecnológico”.
Se espera que las inversiones restringidas evalúen las regulaciones de control de exportaciones a China emitidas por el Departamento de Comercio de Estados Unidos en octubre de 2022, dijeron fuentes a Reuters .
No se espera que las regulaciones entren en vigor inmediatamente y el gobierno escuchará los comentarios sobre las propuestas, dijeron las fuentes.
El gobierno de Estados Unidos ha estado en conversaciones con las partes relevantes y consultando con aliados. La cuestión también se planteó durante el reciente viaje de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a China.
Washington también está tratando de definir qué se considera inteligencia artificial y controlar las inversiones extranjeras de empresas y ciudadanos estadounidenses, dijo Emily Kilcrease, ex funcionaria federal que trabajó en la política de inversiones de China.
Ella describió la orden como un paso importante en el establecimiento de un sistema de monitoreo que ayudaría a Estados Unidos a monitorear las transacciones con los países relevantes. Antes de emitir el decreto, Washington también se preparó para las represalias de Beijing.
Un portavoz de la Casa Blanca rechazó las solicitudes de los medios de comunicación para hacer comentarios sobre el informe.
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