(GLO)- En el pasado, las minorías étnicas de las Tierras Altas Centrales a menudo tenían una forma muy particular de educar a sus hijos: apoyándose en la comunidad. El papel de la comunidad en la educación y formación de la personalidad de los niños es tan importante que un investigador ha dicho: "Es difícil distinguir claramente si la función de educar a los niños pertenece a la familia o a la sociedad".
Los grupos étnicos del Altiplano Central siempre sueñan con tener "una familia numerosa". Esto también es comprensible porque en el pasado, la sociedad del Altiplano Central a menudo tenía conflictos entre grupos étnicos; La baja producción y la capacidad médica rudimentaria hacen que todavía se dé la situación de “tener vida pero no cuidarla”. Mientras tanto, la premisa de que "un pueblo grande es fuerte, una familia grande tiene un granero lleno" hace que el nacimiento de un nuevo miembro siempre sea considerado un activo valioso.
La familia es el lugar donde transmitir los buenos valores del pueblo vietnamita. Foto: NVCC |
Además de tener que seguir muchos tabúes y rituales antes y después del nacimiento de un niño, su cuidado y crianza se hace siempre con el máximo cuidado. Es muy raro ver a personas, especialmente mujeres, golpeando a sus hijos con látigos o maldiciéndolos duramente. Con los niños que aún no son conscientes, sólo les persuaden y, como mucho, utilizan amenazas. Para los niños que son conscientes, los padres utilizan consejos o acciones amables para darles el ejemplo. El papel educativo de la familia es primordial en esta etapa y el papel de la madre suele ser más importante que el del padre, especialmente en el caso de las niñas.
Sin embargo, cuando el niño tiene alrededor de 6-7 años, el papel educativo de la familia casi ha cedido el paso a la comunidad. Los niños, especialmente los varones, se sentirán avergonzados si todavía están cerca de su madre a esta edad. Las niñas siguen a sus abuelas y hermanas para aprender gradualmente los trabajos propios de su género. Los niños van a la casa comunal para dormir con los niños del pueblo para recibir orientación e instrucción de sus mayores y de los ancianos del pueblo en todos los trabajos de los hombres.
En cada comunidad suele haber suficientes "maestros": desde tareas importantes como construir casas, cazar, tocar gongs o tallar estatuas en las tumbas hasta pequeñas tareas como tejer y fabricar artículos para el hogar. Cada noche, bajo el fuego parpadeante de la casa comunal, los "maestros" están dispuestos a impartir e instruir a la joven generación desinteresadamente y sin pedir jamás ninguna compensación material.
Estos maestros comunitarios no sólo aprenden habilidades para realizar tareas cotidianas en la aldea, sino que también desempeñan un papel importante en la formación de la personalidad de la generación joven. Desde las noches comunitarias en adelante, nadie con mal comportamiento es pasado por alto. Por eso, el arroz que queda en el campo, los búfalos y las vacas en el bosque, las colmenas en los árboles... son utilizados por cada persona, nunca se pierden.
Algunas personas creen que la razón por la que las minorías étnicas del Altiplano Central no tenían malos hábitos como robar y engañar en el pasado era porque el castigo era muy estricto. No ven gran parte del papel de la educación comunitaria. El efecto es que en cada comunidad todos son conscientes de evitar las cosas malas y vivir según estándares comunes. El legado de la generación anterior se hereda como una corriente ininterrumpida sin que necesariamente se transmita "de padre a hijo".
[anuncio_2]
Enlace de origen
Kommentar (0)