Los cambios fisiológicos importantes que ocurren durante la noche son la frecuencia cardíaca, la disminución de la presión arterial y la disminución de la actividad del sistema nervioso simpático, según el sitio web de salud Medical News Today (Reino Unido).
La disnea paroxística nocturna puede deberse a que el corazón bombea sangre de manera menos eficiente.
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En concreto, una disminución de la frecuencia cardíaca y la presión arterial durante el sueño es inofensiva en personas sanas. Sin embargo, en personas con una función cardíaca débil, esto puede impedir el bombeo de sangre a los órganos esenciales.
Mientras tanto, la reducción de la actividad del sistema nervioso simpático también reduce la respuesta de defensa del organismo ante alteraciones peligrosas del ritmo cardíaco. Además, acostarse aumenta la presión sobre el corazón y los pulmones, lo que provoca una mayor acumulación de líquido en los pulmones y dificulta la respiración nocturna.
Un estudio del European Heart Journal descubrió que es más probable que el paro cardíaco repentino ocurra durante la noche en pacientes con arritmias o insuficiencia cardíaca crónica, especialmente si la presión arterial y el colesterol no están bien controlados.
Muchos síntomas de insuficiencia cardíaca en etapa temprana son más evidentes por la noche. Sin embargo, estos síntomas a menudo se confunden con fatiga, dificultad para dormir o hábitos personales. En concreto, los síntomas son dificultad para respirar al acostarse, disnea paroxística nocturna, micción frecuente por la noche, tos o sibilancias nocturnas y fatiga matutina.
En particular, la dificultad para respirar al acostarse obliga al paciente a apoyar una almohada o a incorporarse para dormir y respirar con facilidad. Este es un signo típico de acumulación de líquido en los pulmones debido a la ineficacia del bombeo de sangre por parte del corazón. Por otro lado, la disnea paroxística nocturna provoca que el paciente se despierte repentinamente por asfixia. Debe incorporarse para respirar. Esta es una señal de alerta de insuficiencia cardíaca progresiva.
Para limitar el riesgo de un paro cardíaco nocturno, es necesario tomar medidas para cuidar la salud cardíaca, especialmente las personas mayores de 40 años con antecedentes de hipertensión, diabetes u obesidad. En concreto, los expertos recomiendan chequeos médicos regulares, reducir el consumo de sal y evitar el alcohol, el café y el tabaco antes de acostarse. Si padece apnea del sueño, necesita tratamiento, según Medical News Today .
Fuente: https://thanhnien.vn/dau-hieu-nao-canh-bao-nguy-co-dot-tu-do-ngung-tim-vao-ban-dem-185250809162550668.htm
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