
Los sentimientos de ira y ansiedad nos provocarán problemas de salud como estrés, dolores de cabeza, insomnio, hipertensión arterial, depresión…
Controlar la ira
Los sentimientos de ira y ansiedad nos harán enfrentar problemas de salud como estrés, dolores de cabeza, insomnio, presión arterial alta, depresión, etc. Por lo tanto, comprender y controlar las emociones negativas no solo nos ayuda a proteger nuestra salud mental y física, sino que también nos da una visión sobria de las personas, las cosas y los eventos que nos rodean.
Para poder controlar la ira de manera efectiva, debemos aprender la habilidad de reconocer las señales de ira cuando estamos discutiendo con otros. Sólo podemos controlar nuestras emociones cuando reconocemos las señales negativas que surgen en nuestro interior (aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, sensación de depresión, falta de aire, ganas de explotar…).
No todo el mundo tiene la capacidad de controlar bien las emociones negativas sin un entrenamiento previo. Cuando vemos señales de ira aumentando en nosotros, podemos hacer algunos ejercicios de control emocional utilizando técnicas de respiración profunda y relajación de los músculos faciales.
No es descabellado que los instructores de yoga y psicólogos nos aconsejen: «Si sentimos que la ira nos invade, podemos repetir la acción de respirar profunda y lentamente, contener la respiración unos segundos y exhalar lentamente por la boca, o bien, concentrarnos en cada grupo muscular del cuerpo, tensándolos lentamente y relajándolos para calmar las emociones negativas. Una vez que los pensamientos positivos se practican con regularidad, se convertirán en parte de nuestra vida».
Aceptar los errores del pasado
El filósofo estadounidense Benjamin Franklin dijo una vez: "El pasado es un fantasma, el presente es un regalo, el futuro es un sueño". Por lo tanto, aunque la vida está siempre en movimiento, si mantenemos recuerdos negativos en nuestra mente o nos entregamos a recuerdos hermosos (del pasado), esto hará que no estemos abiertos al presente y no estemos preparados para avanzar hacia el futuro.
De hecho, las personas que se aferran al pasado a menudo se sienten deprimidas, estresadas, perezosas, aburridas y estancadas. Aún así, el pasado (ya sea feliz o triste, afortunado o desafortunado) siempre es parte de la vida. Todos tenemos un pasado y los humanos no somos máquinas que puedan presionar el botón "eliminar" para borrar todo el pasado.
Sin embargo, debemos entender que el pasado, pasado está, no podemos volver atrás y rehacerlo. Por lo tanto, aferrarnos ciegamente al pasado sólo nos hace perder la oportunidad del presente y del futuro.
Cuando no puedas rehacer ni cambiar los errores ocurridos, acéptalo, haz un compromiso con las viejas heridas para seguir adelante y abre la puerta al futuro. Consideremos el pasado como una lección, una experiencia, un desafío que debemos superar para ser más maduros en voluntad y coraje.
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Fuente: https://phunuvietnam.vn/bi-quyet-lam-chu-cam-xuc-20240923123858209.htm
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