Sólo 35 víctimas han sido identificadas y cientos siguen desaparecidas por los incendios que estallaron a finales de la semana pasada y luego se extendieron a amplias zonas del centro de Chile.

En Valparaíso, ciudad costera cercana a las zonas más afectadas por los incendios, se ha instalado una oficina forense con tiendas de campaña y personal de apoyo psicológico y pruebas de ADN para quienes buscan a sus familiares.

Pero como muchos de los cuerpos estaban gravemente quemados y había cientos de muestras de ADN para procesar, el proceso de identificación tomó más tiempo.

“Le tomaron el ADN a mis dos hijos, pero no dijeron cuánto tiempo tomaría”, dijo Carlos Orellana, de 67 años, uno de los primeros en llegar el martes para buscar a los familiares desaparecidos.

El señor Orellana está buscando a su hija de 14 años, Anastasia Elizabeth, quien desapareció después del incendio del viernes. Más tarde el martes, Orellana y su familia buscarán entre los escombros a la niña desaparecida.

Miles de familias como la suya están haciendo lo mismo después del peor desastre natural que ha azotado al país sudamericano desde que un terremoto y un tsunami en 2010 mataron a más de 500 personas.

“Mucha gente todavía está en un estado de incertidumbre, no saben qué pasó”, dijo Pamela González, psicóloga de la agencia de salud del gobierno que ayuda a las familias en la oficina del médico forense en Valparaíso.

González, quien ha realizado un trabajo similar en incendios forestales anteriores, dijo que muchas personas han enfrentado un trastorno de estrés postraumático a raíz de este desastre. Ella dijo que lo más importante que necesitan las familias en este momento es un respiro y el apoyo de la comunidad.

El presidente Gabriel Boric visitó este martes la región y anunció una serie de medidas para ayudar a las familias, entre ellas suspender el pago de algunos servicios, donar útiles de vivienda y mejorar las licencias médicas.

Bui Huy (según Reuters)