Estados Unidos capta una extraña señal a 1.300 millones de años luz de la Tierra

Un nuevo estudio dirigido por el Instituto Nacional Italiano de Astrofísica (INAF) ha encontrado el origen de la extraña señal codificada FRB20201124A, que fue captada por el radiotelescopio más sensible del mundo , el Very Large Array (VLA, ubicado en Estados Unidos).

El misterioso objeto que enviaba la señal no era una fusión de agujeros negros, una estrella de neutrones o tecnología extraterrestre, sino una de las estructuras más bellas y espeluznantes del universo.

Según SciTech Daily, FRB20201124A es una ráfaga de radio, el tipo de señal astronómica más curiosa para los científicos .

Se emiten en apenas unos milisegundos, pero liberan una enorme cantidad de energía, una de las más altas observables en los fenómenos cósmicos.

Es también por eso que FRB20201124A puede llegar al observatorio de la Tierra a pesar de que su fuente está a 1.300 millones de años luz de distancia.

Debido a su gran distancia, FRB20201124A en los datos del VLA también es muy débil, posiblemente la ráfaga de radio más débil jamás registrada.

Sin embargo, ha ayudado a los astrónomos a crear un modelo innovador que podría ayudar a explicar el origen común de las ráfagas de radio.

Lo más plausible que pudo haber producido FRB20201124A es una burbuja gigante de plasma, posiblemente creada por las emisiones de radio continuas de un magnetar o un sistema estelar binario de rayos X altamente denso.

Esta burbuja forma una hermosa y fantasmal nebulosa, cuyo "núcleo" es un magnetar activo, visible en la luz recogida por los radiotelescopios, si estamos lo suficientemente cerca.

Los magnetares también son estrellas de neutrones, pero son una forma extrema de estrella de neutrones, mucho más poderosas que las estrellas de neutrones normales.

Las estrellas de neutrones son los restos de estrellas gigantes "muertas", pequeñas pero energéticas.

Mientras tanto, un sistema binario de rayos X altamente acretivo consistiría en una estrella de neutrones o un agujero negro, acrecentando materia de una estrella compañera a un ritmo muy rápido.

El estudio detallado, publicado en la revista Nature, contó con la participación de investigadores de Italia, China, Estados Unidos, España y Alemania. Sin embargo, los autores afirman que comprender el posible origen de las ráfagas de radio es solo una pieza más para resolver el misterio más amplio de la naturaleza de estas misteriosas señales cósmicas.