Los objetos recién descubiertos varían en tamaño desde un autobús hasta un estadio. Sorprendentemente, algunos de ellos se precipitan hacia la Tierra.

Se encuentran en una densa población denominada “Cinturón de Asteroides”, situada entre las órbitas de Marte y Júpiter.

Según Live Science, un equipo de investigación dirigido por el profesor asociado Julien de Wit, científico planetario del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, EE. UU.), probó un método computacional intensivo para detectar objetos diminutos a través de estrellas distantes.

Analizaron miles de imágenes del telescopio James Webb tomadas de la estrella TRAPPIST-1, a 40 años luz del Sol, para buscar objetos dentro de nuestro propio sistema solar que pasaran por la línea de visión de la Tierra hacia la estrella.

Como resultado, registraron ocho objetos conocidos y 138 objetos previamente desconocidos.

De éstos, seis objetos parecen haber sido empujados por planetas cercanos hacia trayectorias gravitacionales que los habrían enviado hacia la Tierra.

Estos asteroides, llamados "decámetros", chocan con la Tierra 10.000 veces más a menudo que los asteroides más grandes, pero su pequeño tamaño hace difícil que los estudios los detecten antes de su aproximación.

Eran mucho más pequeños que Chicxulub, el megaobjeto que extinguió a los dinosaurios hace 66 millones de años, pero aún así tenían un gran impacto.

Hace apenas una década, un asteroide de apenas unas decenas de metros de diámetro explotó sobre la ciudad rusa de Cheliábinsk, liberando 30 veces más energía que la bomba atómica que Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima.

Aunque la explosión se produjo en un punto muy alto, la onda expansiva fue suficiente para romper miles de ventanas en toda la ciudad y herir a casi 1.200 personas.

Por lo tanto, los objetos recién descubiertos son una llamada de atención sobre la importancia de las misiones de defensa de la Tierra que la NASA y otras agencias espaciales están llevando a cabo.