La IA ahora puede detectar el olfato
Después de demostrar capacidades superiores en visión artificial, procesamiento del lenguaje y reconocimiento de voz, la tecnología de inteligencia artificial (IA) ha dado ahora un audaz paso adelante: el olfato.
Las “narices electrónicas” están integradas con sensores y algoritmos de IA que pueden analizar compuestos volátiles, abriendo así enormes perspectivas de aplicación en la medicina , la seguridad alimentaria, el medio ambiente y muchas otras áreas de la vida.
Cuando la IA adquiere un "sentido del olfato"
Anteriormente, la inteligencia artificial se asociaba principalmente con la visión, la audición y el lenguaje. Pero en los últimos años, ha surgido la "nariz virtual" de la IA.
Mediante sensores electrónicos y modelos de aprendizaje automático, la IA puede reconocer, clasificar e incluso predecir el aroma de una molécula. Este es un paso importante que acerca la tecnología a los sentidos humanos.
Cómo funciona: de sensores a "narices virtuales"
Hay dos direcciones principales de desarrollo. Una es la nariz electrónica, que utiliza un conjunto de sensores para capturar compuestos volátiles y analizarlos mediante algoritmos de aprendizaje automático. La otra es la nariz virtual, que se basa únicamente en la estructura química de las moléculas para predecir la percepción humana de los olores.
Gracias a los avances en inteligencia artificial, especialmente en redes neuronales gráficas, el modelo puede “traducir” desde la estructura química a propiedades sensoriales como cítrico, amaderado, dulce o sulfuroso.
Amplia aplicación en la vida.
En medicina, la IA puede detectar signos de enfermedad simplemente con el aliento, lo que ayuda a detectar cáncer de pulmón o enfermedades digestivas sin ser invasivo.
En la industria de las fragancias, esta tecnología acorta el proceso de creación de perfumes de meses a días, abriendo la posibilidad de diseñar aromas únicos.
En seguridad medioambiental, el sistema puede avisar de fugas de gases tóxicos o detectar fraudes en la cadena de suministro gracias a perfiles de olores característicos.
El médico hace que el paciente sople en un dispositivo portátil que analiza el olor mediante inteligencia artificial.
Desafíos técnicos
A pesar de su potencial, la tecnología enfrenta numerosos desafíos. Las mezclas de olores reales no se obtienen mediante una simple adición, lo que dificulta el análisis. Los sensores son susceptibles a la desviación de la señal con el tiempo, lo que requiere una calibración constante.
Además, la percepción del olfato es individual y depende de la cultura, por lo que el modelo predictivo puede desviarse de la experiencia real.
La carrera de los grandes
Muchas empresas globales de fragancias han comenzado a integrar la IA en sus procesos de desarrollo de productos. La startup Osmo, respaldada por Google, incluso afirma que algún día podremos enviar aromas por mensaje de texto. Están creando un mapa digital de aromas con una base de datos de miles de millones de moléculas y una plataforma de diseño de fragancias impulsada íntegramente por IA.
El futuro del olfato digital
El olfato es un sentido profundamente ligado a la memoria y las emociones humanas. Si la IA realmente puede "oler" y recrear olores, la posibilidad de tratamientos médicos sin agujas o museos virtuales con olor a mar o ciudad no es descabellada. El problema pendiente es estandarizar la tecnología y abordar las barreras éticas y de privacidad antes de que el olfato digital se integre en la vida cotidiana.
Fuente: https://tuoitre.vn/khong-chi-nghe-nhin-noi-ai-gio-day-con-ngui-duoc-mui-20250822114337195.htm
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