The Guardian informó el 28 de marzo que el ejército israelí realizó ataques aéreos contra la capital libanesa, Beirut, el mismo día, la primera vez que la ciudad es atacada desde que Israel y el Líbano firmaron un acuerdo de alto el fuego en noviembre de 2024.

Esta es la última y más notable escalada de Israel con su vecino del norte. En los últimos días, Tel Aviv ha llevado a cabo ataques contra el sur del Líbano, al tiempo que responsabiliza al gobierno de Beirut por cohetes lanzados desde el Líbano hacia territorio israelí.

Antes del bombardeo, el ejército israelí emitió un aviso de evacuación y advirtió que atacaría un edificio en el suburbio de Dahiyeh, en Beirut, que según Tel Aviv era una base de Hezbolá. Un portavoz militar israelí dijo más tarde que el ataque aéreo tuvo como objetivo una instalación de almacenamiento de camiones y drones de Hezbolá.

Después de que Israel bombardeara Beirut el 28 de marzo, el primer ministro libanés, Nawaf Salam, criticó a Israel, considerando la medida como una escalada peligrosa, según AFP. El presidente francés, Emmanuel Macron, calificó el ataque de absurdo y dijo que llamaría al presidente estadounidense, Donald Trump, y al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para discutir los detalles. El señor Macron afirmó que Tel Aviv había violado unilateralmente el alto el fuego.

No está claro qué hará Hezbolá tras el ataque a la zona de Beirut desde Israel. Hezbolá ha negado su participación en ataques con cohetes contra Israel en los últimos días, diciendo que esto es una excusa para que Tel Aviv continúe con sus operaciones militares en el Líbano.

Mientras tanto, el ejército libanés dijo el 28 de marzo que había descubierto un sitio de lanzamiento de cohetes en el área de Qaaqaaieh al-Jisr, en el sur del Líbano. Los lanzadores en este lugar dispararon proyectiles hacia territorio israelí. El ejército libanés dijo que investigaría para determinar quién era responsable del ataque con cohetes.