Los ejecutados, de entre 18 y 35 años, fueron identificados como ladrones armados y “delincuentes urbanos”, conocidos como Kuluna en el Congo. Las ejecuciones tuvieron lugar en la prisión de Angenga, en la región noroeste del país.

Cuarenta y cinco personas fueron ejecutadas a finales de diciembre y las 57 restantes fueron ejecutadas en las últimas 48 horas.

Las autoridades también trasladaron a otras 70 personas desde la capital, Kinshasa, a Angenga, pero no hicieron ninguna declaración oficial sobre el destino de este grupo de prisioneros.

"El tercer grupo será ejecutado; los dos primeros grupos ya fueron ejecutados", dijo el domingo el ministro de Justicia Mutamba, quien supervisó las ejecuciones.

La decisión del gobierno de imponer la pena de muerte ha causado mucha controversia en el país:

Algunos partidarios lo ven como una medida necesaria para restablecer el orden y la seguridad en las ciudades. "Aplaudimos esta decisión, ya que contribuirá a erradicar la delincuencia urbana. A partir de las 20:00, no se puede salir por miedo a encontrarse con Kuluna", declaró Fiston Kakule, residente de la ciudad de Goma, al este del Congo.

En 1981, el Congo abolió la pena de muerte, pero la restableció en 2006. En 2024, el gobierno anunció la reintroducción de la pena de muerte, principalmente para los militares condenados por traición.

En marzo de 2024, el Congo anunció planes para reintroducir la pena de muerte. En mayo de 2024, ocho soldados fueron condenados a muerte por desertar del campo de batalla. En julio de 2024, otros 25 soldados fueron condenados a muerte por delitos similares. Sin embargo, ninguno de estos soldados fue ejecutado.

Cao Phong (según CNN, LA Times)