El Ministerio de Seguridad Pública de China publicó en las redes sociales el 13 de junio información sobre el incidente, elogiando al hombre de apellido Zhang por llamar a la línea directa para informar sobre los cuatro documentos militares y pidiendo al público estar alerta ante las cuestiones de seguridad nacional. La publicación no especificó cuál era el documento clasificado.

Según la publicación, el Sr. Zhang es un ex empleado de una empresa estatal y tiene como afición coleccionar periódicos y revistas militares. Mientras pasaba por una tienda de chatarra, el Sr. Zhang descubrió una bolsa llena de libros relacionados con el ámbito militar y compró cuatro volúmenes por unos 6 yuanes (21.000 VND).

Al regresar a casa, el Sr. Zhang estudió los libros y se dio cuenta de que estaban marcados como documentos confidenciales, por lo que los denunció a la línea directa de seguridad pública. Inmediatamente después del aviso, agentes del Ministerio de Seguridad chino acudieron rápidamente a la casa del Sr. Zhang y confiscaron los documentos.

Los funcionarios chinos dijeron que los libros recuperados eran parte de ocho volúmenes de 200 documentos secretos marcados para su destrucción. Además, los funcionarios también dijeron que dos militares chinos, asignados a destruir los documentos, los vendieron en secreto a una fábrica de chatarra por menos de 100.000 VND por 30 kilogramos de libros. El incidente no dio lugar a una fuga de inteligencia significativa, pero los dos empleados seguirán siendo tratados según la legislación china.

El artículo fue republicado por los medios chinos para crear conciencia pública sobre la importancia de la seguridad nacional en un momento de crecientes tensiones por la posibilidad de robo o transferencia de información clasificada.

El Ministerio de Seguridad Pública de China pide periódicamente al público que ayude a denunciar actividades de espionaje extranjero. En abril de 2023, Beijing realizó cambios radicales en su ley antiespionaje, una medida que amplió la definición de espionaje y prohibió la transferencia de información de seguridad nacional. Además, varias empresas consultoras chinas y compañías extranjeras que operan en China han sido investigadas por poseer o compartir secretos de Estado.